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10 Dios reposó después de que terminó su trabajo, y el que entre a disfrutar del reposo de Dios será aquel que también haya terminado su trabajo. 11 Hagamos todo lo posible por entrar a disfrutar del reposo de Dios, pues el que desobedezca a Dios, como lo hizo el pueblo de Israel, no entrará.

12 La palabra de Dios vive, es poderosa y es más cortante que cualquier espada de dos filos, penetra tan profundo que divide el alma y el espíritu, las coyunturas y los huesos, y juzga los pensamientos y sentimientos de nuestro corazón.

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